Garantizar suministro de energía, base de la competitividad

En 1991, el país se apagó. El racionamiento eléctrico afectaba a todos los colombianos. Las industrias tenían que abastecerse, cuando podían, con plantas provisionales a costos impagables y los ciudadanos afrontaban con paciencia muchas horas de oscuridad. El sector eléctrico estaba quebrado y la nación tenía que asumir la deuda. Hace 20 años, con las Leyes 142 y 143 de 1994, se definieron los roles de los diferentes actores del sector de energía eléctrica y gas natural en el país, desde el diseño de la política, la planeación sectorial, la regulación, y las funciones de vigilancia y control, lo que, sin duda, ha permitido la expansión en el sector con criterios de eficiencia y sostenibilidad, favorecido la participación de diferentes agentes públicos, privados y mixtos, tanto nacionales y extranjeros, bajo una institucionalidad definida. La meta fundamental era asegurar que nunca más se presentara racionamiento eléctrico en el país; es importante recordar que ‘la energía más cara es la que no se tiene’.

Al hacer el balance, los resultados han sido ampliamente satisfactorios. El sector de energía eléctrica y gas natural en Colombia es un referente regional en América Latina y el Caribe, en el marco de los objetivos de universalización del servicio en condiciones de calidad y confiabilidad a la mayoría de usuarios del país. No ha vuelto a haber apagón a pesar de condiciones climáticas adversas en muchos de estos años.

Se tiene una cobertura de energía eléctrica del 97 por ciento. Por su parte, desde la expedición del Plan de Masificación de Gas, este sector ha logrado la expansión de este energético económico y amigable con el medioambiente a más de 35 millones de habitantes servidos a lo largo del territorio nacional.

Estudios internacionales de comparación del progreso de los sistemas energéticos entre países, tales como el Global Energy Competitiveness Index, Energy Sustainability Index y el Global Energy Architecture Performance Index, ubican a Colombia en una posición de privilegio en la escala mundial respecto al aporte del sector de energía al crecimiento económico, la seguridad energética y la sostenibilidad ambiental. Por ejemplo, el informe del Energy Sustainability Index 2014 del Consejo Mundial de Energía (WEC) señala que Colombia ocupa el puesto 16 en el ranking de Sostenibilidad Energética entre 129 países. Así, mantiene el quinto lugar en seguridad energética, el cuarto en mitigación de impacto ambiental, y mejora al puesto 63 en relación con acceso social a la electricidad.

Las tarifas están en el promedio, con incrementos menores frente a otros países en el último año y hay estabilidad en los precios de combustibles (gasolina y gas) y mayor cobertura y permanencia del servicio de electricidad en zonas apartadas. Estas son algunas de las razones por las que hoy Colombia ocupa un puesto preeminente en desempeño energético.

Adicionalmente, el ranking del Consejo Mundial de Energía (WEC) 2014, destaca la gestión eficaz de Colombia respecto a confiabilidad de la energía, teniendo en cuenta el desarrollo de una matriz de generación de energía limpia, con la alta participación de la hidroenergía, desde la perspectiva de mitigación de impacto ambiental.

Muchos países de la región tienen una crisis continua de abastecimiento de energía con racionamientos continuos. Colombia es, por fortuna, la excepción, con una adecuada expansión y universalización del servicio de energía eléctrica en condiciones de competitividad y sostenibilidad.

De otro lado, si bien el índice del WEC presenta un puesto importante para Colombia en seguridad energética, es conveniente que el país tenga en cuenta al gas natural en la matriz energética de largo plazo en el contexto de la sostenibilidad. En opinión de los líderes energéticos del Consejo Mundial de Energía, el gas natural es el mejor camino para proveer energía fósil limpia.

Si bien el país avanza hacia un sector de energía de talla mundial, desde Andesco encontramos que existen temas que el Gobierno Nacional podría desarrollar en el corto plazo y en una agenda de política energética de largo plazo:desarrollo eficiente y ágil de proyectos de expansión de infraestructura energética; política de largo plazo para dar solución al abastecimiento del gas natural en en el país; política de tarifas y subsidios para los sectores de energía y gas, que garantice la suficiencia financiera; política pública que contribuya a acciones de eficiencia energética, gestión de la demanda y a la participación de las energías renovables no convencionales, y política energética para el desarrollo de proyectos de interconexión eléctrica y gasífera en el marco de la integración energética regional.

Este es el reto que con certeza el sector de energía y gas ha asumido para brindar un servicio que continúe favoreciendo la competitividad del país, en el contexto de la lucha contra la inequidad social.

Fuente: Portafolio.co