Capturar CO2 lucha contra el cambio climático y aumenta la eficiencia de las baterías

Unos investigadores de la Universidad de George Washington y la Universidad de Vanderbilt, han desarrollado un método para la captura de dióxido de carbono e implementarlo en la fabricación de materiales para baterías de alto rendimiento.

En un principio, los investigadores elaboraron métodos para emplear el dióxido de carbono capturado en la producción de combustibles líquidos como el metanol, pero este proceso resulto poco llamativo debido al bajo costo de estos combustibles; es por ello que centraron su atención en las baterías, ya que estas presentan un alto costo, y crearon un nuevo método que convierte un kilo de dióxido de carbono en algo seis veces más valioso que el metanol, los nanotubos de carbón.

Los investigadores demostraron que al reemplazar los ánodos de grafito de las baterías por nanotubos de carbón hechos con su método, se aumenta en menor escala la capacidad de pequeñas baterías de iones de litio y casi se cuadruplican la capacidad de las baterías de iones de sodio.

Este resultado está basado en un método que depende del carbonato de litio fundido  y del óxido de litio, los cuales se disuelve dentro del carbonato de litio para juntarse con el dióxido de carbono y formar más carbonato de litio; cuando se aplica un voltaje mediante dos electrodos sumergidos en el carbonato de litio fundido, una reacción electromecánica produce oxígeno y unas nanofibras de carbono puras. La energía es generada por un sistema que el Profesor Stuart Licht, uno de los investigadores, desarrolló para la energía solar concentrada, donde hace uso de la luz infrarroja del sol además de la luz visible.

En este caso, el grupo de investigación demostró un mayor control en el manejo del proceso descrito anteriormente, logrando ajustar varios parámetros con el fin de generar nanotubos de carbono a medida para los ánodos de las baterías de iones de litio y sodio, las cuales fueron sometidas a pruebas de laboratorio, donde observaron que las baterías que contenían los nuevos ánodos permanecieron estables durante muchos ciclos de carga.

Este método propone un gran avance en el campo de las baterías con un factor significativo en el cuidado del medio ambiente.

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Fuente: MIT Technology Review.